Él se aprendió mi cuerpo. Acarició mis texturas más íntimas.
Rememoró los pliegues más ocultos de mi piel.
Aprendió mis ademanes, mis costumbres, mis hábitos y mis
supuestas verdades.
Si: él se aprendió mi cuerpo pero no logró descifrar los
mensajes secretos y velados de mi alma.
Y ahora, busco un “olvidador”.Alguien que se olvide de mí a
cada instante.
Alguien que no reincida en lo que fui y ya se fue,
sintiéndome fresca en la brisa de su propio amanecer. Alguien que se atreva a
cruzar las aristas de mi cuerpo, de mi apariencia, de mi feminidad y habite mi
esencia, envuelta en un nuevo aroma y color.
Necesito un amnésico a mi lado. Un friki despistado del amor
consolidado y aprendido. Un convencido e intrépido cuestionador de mi precaria
identidad.
Alguien que sepa descubrirme. Que permita reinventarme.
Y que desnude con, febril asombro e inquietud, mi corazón
cada mañana.
Él se aprendió mi cuerpo. Y ahora retumba el sonido de mi
corazón como letanía lejana, añeja, consabida.
El asombro se esfumó de nuestras vidas.
Y como poeta destronado por su musa;
Ya no busca mi presencia desnuda.
Solo aquellos momentos idílicos que su imaginación seduce.
Irene.”Olvidador”2015.