En un aposento abandonado,
de cruda fatalidad predecible,
de minutos que rasgan las horas,
escapando al segundo, ineludible,
abrí una ventana en mi alma,
y percibí,
en un instante, de plácida calma,
el sentir, de un momento callado;
de emerger una luz en mi morada,
sanar la brecha profunda de mi alma;
lacerante y quebrada.
De volar con ráfagas de viento
que en una espiral de movimiento,
arrasó mis tabiques rotundos;
sillares de pensamiento,
mixtura de sensaciones,
muros de cal y cemento.
En un paraíso de soledades,
de odaliscas y ninfas desoladas,
de nenúfares hundidos,
en un lago de añoranza,
de hiedra desenroscada
de las paredes de mi olvido:
un halo de luz divina,
prendió una nueva ilusión,
señalando mi camino.
Y una ventana abierta,
a una suave brisa creciente,
me mostró,
a través de su celosía;
translúcida y de verdad renaciente,
los horizontes inexistentes,
del devenir de esta vida.
En un aposento enrarecido,
de sentimiento rapaz y entumecido,
una ventana abierta,
apartó las cortinas de su tristeza,
con cántico celestial de ruiseñores
y perfume de jazmines y violetas.
Atmósfera quieta,
cristales empañados de gloria.
Una ventana a la vida ,
una ventana al Amor.
de cruda fatalidad predecible,
de minutos que rasgan las horas,
escapando al segundo, ineludible,
abrí una ventana en mi alma,
y percibí,
en un instante, de plácida calma,
el sentir, de un momento callado;
de emerger una luz en mi morada,
sanar la brecha profunda de mi alma;
lacerante y quebrada.
De volar con ráfagas de viento
que en una espiral de movimiento,
arrasó mis tabiques rotundos;
sillares de pensamiento,
mixtura de sensaciones,
muros de cal y cemento.
En un paraíso de soledades,
de odaliscas y ninfas desoladas,
de nenúfares hundidos,
en un lago de añoranza,
de hiedra desenroscada
de las paredes de mi olvido:
un halo de luz divina,
prendió una nueva ilusión,
señalando mi camino.
Y una ventana abierta,
a una suave brisa creciente,
me mostró,
a través de su celosía;
translúcida y de verdad renaciente,
los horizontes inexistentes,
del devenir de esta vida.
En un aposento enrarecido,
de sentimiento rapaz y entumecido,
una ventana abierta,
apartó las cortinas de su tristeza,
con cántico celestial de ruiseñores
y perfume de jazmines y violetas.
Atmósfera quieta,
cristales empañados de gloria.
Una ventana a la vida ,
una ventana al Amor.
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